El Colegio Adventista de Concepción surgió, en primera instancia, como un ideal a alcanzar, un sueño en la mente de pastores y laicos adventistas visionarios, deseosos de proveer un ambiente adecuado para educar a sus hijos, de acuerdo a los principios y normas establecidos en las  Sagradas Escrituras y a las orientaciones del Espíritu de Profecía. El sueño se tornó realidad el mes de marzo de 1942, con la creación de la Escuela Adventista de Concepción, que comenzó a funcionar en humildes dependencias ubicadas en calle Las Heras Nº1390. Durante ese año se alcanzó una matrícula de 20 alumnos, quienes fueron atendidos por la primera profesora y directora de la escuela, señora Andrea Silva de López. En el grupo de los primeros 20 alumnos  estuvieron, entre otros: Noemí Navarrete, Juni Orellana y los hermanos Cornelio, Lutgarda y Susana Contreras Luengo.

Algunos miembros laicos que apoyaron el inicio de la obra educacional Adventista local fueron los hermanos Luis Contreras, Alejandro Leiva y Alejandro Saied, entre los pastores estuvieron Abrahán Berchin, Egmont Clifford y Arnoldo Torreblanca.

En 1944 la escuela se traslada por un tiempo a la casa particular del miembro laico Alejandro  Saied, ubicada en calle Carrera, entre Ongolmo y Orompello, reubicándose posteriormente en una nueva dependencia arrendada en la esquina de las calles Freire y Tucapel. Esta antigua edificación fue adecuada para el funcionamiento de la naciente escuela, que paralelamente constituía el salón de cultos de la Iglesia Adventista Central de Concepción, y algunas de sus dependencias estaban destinadas a casa pastoral; sin embargo, un sismo acaecido en mayo de 1953 dañó severamente sus muros de adobe. A pesar de esto durante 1954 la escuela todavía funcionó en ese lugar, bajo la dirección de la profesora Hulda Wegner Fonseca.

La escuela estuvo en receso durante los años 1955 y 1956, en espera de la adecuación de sus nuevas dependencias, entonces ubicadas en la calle Pedro Villa Novoa Nº447, al fondo del templo de la Iglesia Central de Concepción, en Angol Nº455, cuya techumbre se desplomó con el terremoto del 27 de febrero de 2010.  Cabe destacar que la propiedad donde se estableció el templo y las nuevas aulas de clases se había adquirido, previamente, con fondos provenientes de una subvención especial de la División Sudamericana de la Iglesia Adventista, que solidarizó con la iglesia de esta parte del país a raíz del gran terremoto de 1939, que había provocado serios daños en la ciudad de Concepción. Sin embargo, a algunos miembros laicos de la época no les agradaba esta ubicación por considerarla inapropiada para el desarrollo de fines eclesiásticos y escolares.

Al sobrevenir el sismo de 1953 concluyeron las discusiones al respecto y se dio inicio, en 1955, a la edificación permanente de aquel templo, destinando sus salas posteriores para uso de la escuela, que reabrió en el año 1957, bajo la dirección del profesor Martiniano Villegas. Al comienzo se impartieron cursos desde primero a sexto básico, más tarde se incorporó el kínder y los cursos séptimo y octavo básicos. La escuela funcionó allí hasta el año 1972.

Las obras de edificación del templo y de las salas en el lugar, estuvieron bajo la supervisión del pastor Augusto Bacigalupi, destacado impulsor de la Educación Adventista, a través de su prolongado ministerio pastoral en el territorio de la Asociación Sur de la IASD, que en la época se extendía desde la provincia de Ñuble, por el norte, hasta Tierra del Fuego, por el sur. En el año 1970 se adquirió el sitio ubicado en Freire Nº240, a un precio muy conveniente, espacio que permitió una significativa expansión de la escuela. En su primera fase y con la intención de proveer una solución transitoria, se construyeron dos módulos de madera para seis salas de clases y algunas dependencias administrativas. El traslado a esta nueva sede se realizó en marzo de 1973, bajo la dirección de la directora, profesora Ruth Correa Vera.

En el año 1975, bajo la dirección del profesor Víctor Soto Fonseca, se iniciaron los trámites legales y administrativos tendientes a concretar el plan de construir un edificio permanente, suficientemente sólido y amplio como para albergar en él, la enseñanza básica, y en el futuro la enseñanza media.

En 1977 regresa a la dirección la señora Ruth Correa, bajo su liderazgo y con el apoyo de la administración de la Asociación Sur y de miembros laicos tales como Rosamel Cáceres, Oswald Mainhard, Ricardo Abos-Padilla Urzúa, Alberto Foppiano y Edgardo Pozo, entre otros, se logró avanzar hasta concretar la construcción del edificio de cuatro pisos, en Freire Nº 240. Mención especial, en la etapa que se extiende desde la adquisición del terreno hasta la construcción del edificio permanente, merece el laico Pedro Mella, constructor civil y apoderado de la institución, quién puso al servicio de la materialización del proyecto, no sólo sus habilidades profesionales sino también recursos pecuniarios, maquinarias, personal de trabajo y su abnegada dedicación personal, tendiente a hacer de ésta la mejor edificación posible a su alcance.

En el mes de marzo de 1982, bajo la dirección del profesor George Araya Bishop, se producen dos hitos destacados en la historia del CADEC, en primer lugar, se inaugura el flamante edificio escolar de cuatro pisos y, en segundo lugar, se inicia el nivel de la enseñanza media con cursos paralelos hasta el tercer año. En diciembre del año 1983 se llevó a cabo la primera Licenciatura de Cuarto año de Enseñanza Media.

En el año 1986, se adquirió el terreno y edificio ubicado en calle Angol N° 780, propiedad de la Universidad de Concepción. Esta transacción se materializó más por un acto de fe que por los recursos materiales existentes a la fecha, pero fue posible gracias al aporte que otorgó la Unión Chilena de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y al apoyo de miembros laicos comprometidos con la educación Adventista, entre los cuales cabe destacar al Señor Rosamel Cáceres. En estas nuevas dependencias se ubicó al Nivel Básico, lo que permitió aumentar los cursos y la matrícula en el nivel de enseñanza media, en Freire 240, mientras tanto el nivel parvulario continuaba funcionando en Pedro Villa Novoa 447. Ese año, 1986, la matrícula alcanzó a 1352 alumnos, distribuidos en los tres niveles.

El 30 de diciembre de 1985 se adquiere un nuevo terreno, ubicado en la convergencia de las calles Rozas y Ongolmo, con apoyo de recursos del Centro General de Padres y Apoderados, esta vez para dotar de instalaciones adecuadas al nivel parvulario. Bajo la dirección del profesor Rolan[1]do Montoya Sierra, se concreta la edificación de las nuevas dependencias de este nivel, las que fueron inauguradas y puestas en marcha el mes de marzo de 1994. Esta infraestructura permitió condiciones de trabajo adecuadas al nivel de los párvulos, quienes por años debieron conformarse con la limitada superficie existente al fondo del templo central de entonces.

Otro hito destacable en la historia del CADEC ocurre en julio de 2000, bajo la administración del director Nelson Gutiérrez Lagos y del tesorero Alexis Pardo López. En la fecha se adquirió un terreno de 21.261 metros cuadrados, ubicado en calle Monseñor Alarcón 491, del sector Vegas de Perales, Talcahuano. Este amplio predio se compró para los fines de emplazar sobre él la infraestructura requerida para el ingreso del CADEC a la Jornada Escolar Completa Diurna (JECD), que implicaba reubicar, aproximadamente, al 50 por ciento de su alumnado en otro edificio escolar. El proyecto arquitectónico de solución integral, fue aprobado por el Ministerio de Educación el 11 de junio de 2003.

El 13 de octubre de 2003, bajo la administración del director Victor Soto Fonseca y del tesorero Alexis Pardo López, se llevó a cabo la Ceremonia de Colocación de la Primera Piedra del edificio destinado a albergar al, ahora, Colegio Adventista de Talcahuano (CADET), en Monseñor Alarcón N° 491. En la ocasión participaron autoridades de la Secretaría Regional de Educación y de la Corporación Iglesia Adventista del 7° Día, sede Asociación Sur de Chile.

El edificio, de 3.299 metros cuadrados, construido por la empresa constructora JCE, fue entregado a las autoridades de la Asociación Sur en el mes de junio de 2004.

Los locales de Angol 780 y Freire 240, en Concepción, fueron entregados a la misma empresa constructora durante las vacaciones de invierno de 2004, para su correspondiente ampliación y adecuación para la puesta en marcha de la JECD, de los niveles básico y medio, respectivamente; ya que la Secretaría Regional de Educación había autorizado el funcionamiento de ambos niveles en el nuevo edificio de Monseñor Alarcón N° 491, Talcahuano, durante el segundo semestre de 2004, todavía en doble jornada, mientras concluían las obras en los locales intervenidos en las sedes de Concepción.

Simultáneamente, durante el segundo semestre de 2004, una comisión integrada por representantes de la administración y de las directivas del centro de padres y del centro de alumnos del colegio, llevó a cabo la difícil tarea de distribuir a los alumnos, entre CADEC y CADET, para el año escolar 2005. La situación fue particularmente crítica debido a que la gran mayoría de los alumnos procedía del área de Concepción, en consecuencia, los apoderados y pupilos residentes allí preferían continuar en el CADEC. La Secretaría Regional de Educación debió mediar en el conflicto hasta encontrar una solución definitiva.

Al inicio del año escolar 2005, el CADEC comienza las actividades con un pre- kínder, dos kínder, un curso de primero a octavo básico y dos cursos de primero a cuarto medio. Paralelamente, en Vegas de Perales, comienza el funcionamiento de la naciente institución hermana, CADET, con un pre-kínder, un curso de primero a octavo básico y dos cursos de primero a cuarto medio, cuya totalidad de sus alumnos, con excepción del pre-kínder, habían sido parte del CADEC hasta 2004.

El Ministerio de Educación emite la autorización para iniciar la jornada escolar completa diurna, JECD, en los niveles de enseñanza básica y media del CADEC, a partir del 1º de julio de 2005.

Como parte de la historia del Colegio, se menciona el Centro Recreacional Adventista de Periquillo, dependencia que estuvo bajo su tuición administrativa desde sus inicios hasta 2005. En el mes de octubre de 2002, la administración del CADEC autorizó el comienzo de la edificación del Salón de Actos y Comedor del Centro Recreacional, con recursos provenientes de la institución, además de un significativo aporte de los médicos Carlos Neumann y Edwin Vyhmeister, penquistas residentes en Estados Unidos. Esta edificación estaba destinada a suplir una anhelada aspiración de la comunidad adventista y, particularmente, de los colegios de la zona, no sólo para satisfacción de fines recreacionales sino especialmente para el logro de fines eclesiásticos, tales como la celebración de retiros espirituales. Con el terremoto del 27 de febrero de 2010 el CADEC también se vio afectado en su infraestructura. El ala antigua del edificio de Enza. Básica sufrió rajaduras en sus pisos y paredes. Los baños externos también quedaron semi destruidos. Lo mismo sucedió con el patio techado, la cancha y los muros perimetrales. Por su parte, el edificio de Enza. Media quedó con la escalera central destruida, con el 90% de los vidrios rotos y con los camarines del gimnasio totalmente destruidos. Lo mismo sucedió con los muros perimetrales y con el piso del gimnasio y de la cancha que quedaron con grietas considerables.

Gracias a los recursos ofrecidos por el Ministerio de Educación para proyectos de reconstrucción pos terremoto, fue posible postular con cinco proyectos, siendo todos aprobados. Con los recursos recibidos más los aportes de la Corporación IASD, fue posible reconstruir casi en su totalidad todos los daños causados por el sismo, mejorando incluso las condiciones de funcionamiento de ambos edificios.

El terremoto del 27 de febrero también motivó el espíritu solidario de amigos del CADEC que, desde otros países, enviaron sus donaciones a fin de equipar los laboratorios de computación de ambos niveles, como también la adquisición de LCDs y proyectores para todas las salas.

En el ámbito académico el CADEC se ha ganado el prestigio de ser uno de los mejores colegios particulares subvencionados de la ciudad.

Se implementa, a partir del año 2014, la incorporación en cada nivel, de un director. Permitiendo llevar la gestión de manera descentralizada y ajustada a cada nivel.

El año 2019, la SEREMI de Educación del Bío Bío, acogió la solicitud de fusión de los tres establecimientos educacionales, concretándose a partir del año escolar 2020.

Volviendo a ser liderado por un solo director. Si bien es cierto, esta reseña histórica pone relieve mayormente hitos de orden material, lo más importante a través de los 70 años de existencia del CADEC han sido las personas que han estado vinculadas a él, ya sea en el cumplimiento abnegado de las diversas responsabilidades inherentes al servicio educacional, o sea en calidad de receptores de la filosofía de la educación adventista impartida en sus aulas a través del tiempo. Como ejemplo de estos hechos se puede hacer mención de las innumerables promociones de estudiantes que hoy, ya adultos, están insertados con éxito en el mundo laboral, muchos de ellos al servicio de la IASD, dando testimonio de las indelebles huellas dejadas por el CADEC en sus vidas. Por otra parte, el ejemplo se refuerza con la evidencia de centenares de niños y jóvenes que en el transcurso del tiempo han entregado sus vidas a Cristo, sellando un pacto eterno con Dios.